jueves, 19 de julio de 2007

Pintura en la Galería Plaza Kukulkan. Cancún Quintana Roo



Venganza

Nací desnudo,
Ciego también como cualquiera nace,
Algunos no quieren ver o quizá no lo hacen.
Nací sucio,
Sucio de materia maternal
Pero pulcro de alma.
Nací desnudo,
Nunca tuve frío porque me abrigaron el alma,
Y dormí,
Desperté y comí,
Soñé o no lo sé,
Mi memoria no alcanza.
Hablé en lenguaje corporal o
Lenguaje angelical,
Del corazón,
De la razón,
Del amor que empapa.
Confundí al cielo, el agua,
a la tierra con comida,
al niño con niña,
pero nunca el alma.
Jugué como lo hace una mariposa en el aire,
Como lo hace un don nadie,
Como lo hace, no lo sé,
Un bebé.
Soñé como lo hizo mi padre,
El padre de su padre, o su madre.
Reí con sentimiento,
Igualando la fuerza del viento,
La bravura del mar,
El calor de un incendio.
Lloré como culpable de la muerte de Jesús,
Lloré como su madre,
Como judas o como ángel,
Como Dimas o la cruz.
Crecí, maldije, odié;
Me arrepentí como lo hizo Pilatos,
Pero después me lave las manos.
Memoricé, aprendí, olvide,
Como se suele olvidar un encargo,
Como se olvida el amor,
Como se olvida un trapo.
Recordé queriendo olvidar,
Queriendo sanar,
Queriendo vengar.
Vengue y me condene,
Con dios no,
Conmigo,
con mi alma,
¿regresar las manecillas al reloj?
El no tiene la culpa,
No debo perturbarlo,
No se debe despertar un gran sabio,
No se debe inquietar la calma,
El mundo gira y también el alma,
El alma con cadenas que desgarran.
Despierto y escribo.
¿Soñé?
Desperté pero aún no tengo calma,
Es el odio quizá,
Odio que enferma el alma.

Leonardo Velázquez Santopietro

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